domingo, 8 de agosto de 2010

Siempre quise uno, uno que fuera obsequiado con cariño. Lo pedí a muchas compañías, sin embargo, ninguna hacía caso a mis peticiones; lo añoraba, lo deseaba, lo amaba antes de tenerlo conmigo, pensando que ya nunca llegaría me di por vencida.
Dejé al destino la misión de hacerlo llegar hacia mi, yo ya no lo buscaría... aunque es mejor decir yo ya no haría que viniese hacia mi, pues yo sé en qué lugar se encontraba.
Hoy después de mucho pedir, llegó y soy feliz. Llegó sin que nadie lo anhelara-aunque siempre lo he tenido en mente-.
¡Felicidad por mi peluche de oveja es que siento!

2 comentarios:

Literatura. dijo...

No importa como, donde, ni como llegue.

que llegue!


saludos JN

Literatura. dijo...

otra vez yo.
hace tiempo que no sabia de este sitio... mucho menos se de ti, espero que sigas brillando con aquella divina luz.