Lamentaciones hiperventiladas
asechan la calma nocturna y dejan de lado los juramentos pretéritos
calma, compañía y seguridad.
La libertad y la cadencia se arriman al árbol
cuya sombra abriga y da risas en millar.
Lo procurado lanza abrigos sin destino y rabiosos de lamentos
repetidos y no-sinceros a la libertad, que lo que quiere es paz,
nada más.
Concurre a la sombra para el cobijo y las risas, pero encuentra
sueños, maravillas y fidelidad,
nada más pide, nada más sueña
nada y más.

Cuento con calma

Cuento uno,

cuento dos

y cuento tres.

Respiro fuerte, hondo y pausado

miro a la cara y no te miento

creo en la bondad de ti

alguna ves, en el pasado.

Recuerdo lágrimas, rabias,

pero me quedo con las risas

no porque fueron más, sino que porque esas se deben recordar.

Cuento uno

cuento dos

cuento tres y más

sigo contando y con calma ante todo

Miro el espejo y solo te veo

Desaparezco como un fantasma.

Uno,

dos,

tres,

Mefui,

me des-va

ne-cí.