lunes, 11 de noviembre de 2013

Del amado, del compañero:




De tu voz nacen las energías cuando siento que la vida estallaDe tu boca el susurro que me lleva a la verdad
De tus manos el sentido más claro
de tu vida, de tu vida nace el sentido de amar.

lunes, 17 de junio de 2013

Previo aviso.

Sin previo olor a centroamércia, dimos atrás pasos incesantes.
Descorazonados por la presión del no-ser.
Por el frío de la niebla que no nos dejó ver.
Por el conductor del auto que corría por las grandes alamedas que se abrían de par en par
para avanzar y escapar.
Sin previo aviso fuimos y no fuimos.
Sin, sin nada.

Fin anunciado- Laura Beatriz Chiesa

 

Hoy rondan los miedos.
Están presente en las concavidades
del destino.
Roen confianzas.
Se aglutinan las voces, con pedidos
no escuchados.
Palomas asustadas
por estampidos complejos, se acobardan
y acortan las distancias de sus vuelos.
Gritos. Rebeldías.
Reacciones cobardes y tragedias.
La muerte con razón
y la razón de las muertes anunciadas.
Diario vivir.
Constante de un hoy
que inventa llantos.
Desvíos. Terquedad.
Deshumanizada humanidad.
¿Principio del fin?

sábado, 11 de mayo de 2013

Olor a Caribe

Noche fría, vagones vacíos en vísperas de festivos.
Yo sentada al lado derecho de la marcha del tren y tú, se supone que esperando a las afueras de la estación.
Bajo del tren, subo las enormes escaleras. Salgo de la estación, miro a todos lados. No hay nadie. Hace frío.

Miro nuevamente, pensando en que me equivoqué y sí estás. No. No hay nadie.
Mientras camino, llamo a tu teléfono para poder decir que estoy donde acordamos. Se oyen risas y entre las tantas, la tuya. Cuelgo  el teléfono. Vuelvo a llamar y contestas como si nada. -Acá estoy, dije-, me contestas que vas en camino, que me vaya por "donde siempre".


Camino y tu risa y olor a caribe me saludan. Contesto el beso, pero mi risa es falsa.
Subimos a tu departamento, hay gentes, risas y nuevamente olor a caribe.
Intento nuevamente asentir con risas, pero no puedo.
Intento marchar. Golpea el frío y yo camino con lágrimas incoloras en las mejillas.


Corro por las calles tratando de escapar del olor a caribe y no es posible, me sigue. Hay viento frío.

Subo al metro, el olor se queda en la superficie, pero sigue ahí la humedad por mis mejillas.
Salgo del metro nuevamente y lo único que atrás mio, es el frío.