lunes, 30 de marzo de 2009

Lo que necesito de ti / Benedetti


No sabes como necesito tu voz;
necesito tus miradas
aquellas palabras que siempre me llenaban,
necesito tu paz interior;
necesito la luz de tus labios
!!! Ya no puedo... seguir así !!!
...Ya... No puedo
mi mente no quiere pensar
no puede pensar nada más que en ti.
Necesito la flor de tus manos
aquella paciencia de todos tus actos
con aquella justicia que me inspiras
para lo que siempre fue mi espina
mi fuente de vida se ha secado
con la fuerza del olvido...
me estoy quemando;
aquello que necesito ya lo he encontrado
pero aun !!!Te sigo extrañando!!!

sábado, 28 de marzo de 2009

Un día en un mall


Eran cerca de las trece horas de un día viernes, de esos en que no esperas nada, tan solo quieres que termine.
Pero así como no esperas nada, porque estas desepcionada de lo que la gente llama normalidad, te encuentras con él. Esa persona que no hace mucho te hizo vibrar, te hizo sentir y te hizo volar con sentimientos que jamás habias tenido en tú interior. Saludas a sus amigos, tratando de ser la mujer más normal y estoica que puedas, siendo contraria a lo que tienes dentro de tu vientre, esas mariposas que aun no cesan de revolotear.
Lo saludas con un beso tan simple en la mejilla, queriendo darle abrazos y besos de esos interminables que para ti duraban tardes enteras, mientras que para los demás tan solo eran segundos; pero no. Tú te empeñas en ser alguien fria, colocándote un escudo protector, sintiéndote segura de ti misma, pero dañando a la persona que aun siente algo por ti, no sé qué es lo que siente, pero lo hace.
Luego te das la media vuelta junto a tú amiga, la que te acompaña y te aconseja, se van ambas, pero si fuera por tí, te quedarías toda la tarde junto a él.
Comen en un centro comercial, y a pesar de que ambas habían prometido de no hablar de penas amorosas, terminas llorando frente a ella, hechando hacia afuera lo que de verdad sientes, eso que a muy pocas personas eres capaz de entregarles, salía, tú corazón en pleno, con todas sus emociones, penas y anhelos.
Ahora tan solo te queda esperar, eso que muy pocas veces eres capaz de hacer, tener paciencia.
Aunque sé sincera contigo, aun lo sientes cerca, pero a la ves lejos, está en él, depende de él; tú ya tienes claras las cosas, tú tan solo esperas hechos, lo mismo que te dijo aquella buena amiga que aquel viernes de mall, y tú tan solo asentías con lágrimas en los ojos.

miércoles, 25 de marzo de 2009

odio es des-igual a la lástima


Seré sincera y creo que me siento demasiado tranquila, y me gusta estar así.
Han pasado cosas que no pensé que pasarían; aunque también me he enterado de cosas que no son de mi completo gusto, pues, es en ocasiones tan extrañas como las que me sucedieron en estos días, que te das cuenta que hay gente que algo le falla dentro de su supuesta cordura. En fin, no pensaré en cosas, situaciones ni personas que no valen mi pena.
Sí seguiré con mi frente en alto, porque el que nada hace bla-bla-bla...
Aunque de algo me ha servido todo esto! creo que me dí cuenta que no sé odiar, sino que ese vil sentimiento, se parece a la lástima.

sábado, 21 de marzo de 2009

Un diálogo a quien quisas jamás me escuchará


Sí, lo acepto, es totalmente extraño (por decir lo menos) el leer que me extrañas.
Es que me explicaré... yo sí te he hechado de menos, y bastante te diré, porque fueron varios meses en los que compartimos hasta lo más presiado que tenemos, la familia; y otros detalles más que no son necesarios explicar. Aunque no puedo dejar pasar por alto los detalles que han hecho que me olvide poco a poco (con resultados nefastos) de ti.
Pero que de un día para otro escribas con tanta vehemencia que hago falta en tu rutina? para cualquiera es una acción descolocadora para lo que ya era mi vida, mi rutina y lo que había armado sin ti.
Qué espero?
Mi respuesta es nada, sí... nada es que como ya lo he dicho y creo que últimamente es mi filosofía de vida: es mejor no ilusionarse y si se quiere esperar lo peor, para luego no caerse(nuevamente) tan feo.
tiempo a lo que no existe. El tiempo.-

jueves, 19 de marzo de 2009

Tres monedas de color dorado


Tú cruzabas la calle, una avendida que jamás supe cual era, con tu sweter rojo y los jeans que solías colocarte junto a aquellas zapatillas que a mi me encantaban. La expresión de tú rostro era extraña... estabas serio, sin siquiera esbozar una sonrisa tan solo por cortesía.
Yo estaba del otro lado de la calle, y te esperaba como de costumbre, no sabía que hacer ni decir, pues tú cara lo expresaba todo. Y así esperé, sin decir nada.
Desde el otro lado te disponías a atravesar y yo: tan solo esperaba.
Lo curioso viene ahora: pasmada estaba yo, y tú a lo único que atinaste fue a votar tres monedas doradas, luego te diste una vuelta y te fuiste, haciendo con tu rostro un gesto como diciendo "adiós" y yo... pasmada.
Al finalizar aquella terrible imagen desperté y trataba de convencerme de que tan solo era una más de aquellas imágenes oníricas de las que estoy acostumbrada a tener, y a asustarme con más frecuencia.
No quiero creer que el número de aquellas monedas signifique algo, no quiero pensar tampoco que fue una premonición, ni menos que tus jeans y zapatillas los veré nuevamente frente a mi así como si nada.
Y vuelvo a decir, que no pensaré más, no te buscaré; dejaré que tú y el tiempo a lo que le he dado tal, hagan que me tope nuevamente con tú presencia sin que el destino así lo quiera.

viernes, 13 de marzo de 2009

Olvido, el calmante?


Cojía un espejo y mientras se miraba, pensaba en cual sería el momento exacto en que se encontraría cara a cara, verdaderamente, con aquella persona en la cual pensaba esas tardes que el viento chocaba con sus mejillas. Trataba de actuar para sus adentros, maquinando cuál sería la manera correcta de hacerlo, imaginando qué era lo que tal vez esa persona le diría y lo que no.
Era tanto lo que pensaba y tan poco lo que actuaba, que en esos días ella ya no quizo buscar más a aquella persona, el olvido no era su remedio favorito, pero sí un calmante momentaneo; una especie de morfina al dolor que cada día no sabía si era era menos o más que el día anterior.

domingo, 8 de marzo de 2009

Así, sentada como si nada


Ella estaba sentada frente a un paisaje que quizá pocas veces se había detenido a mirar con tanta cautela, como lo hacía esta vez. El viento chocaba suavemente en su rostro, la tierra acariciaba sus pies, dejándolos del color rojizo que caracterizaba aquel lugar. El aroma del campo hacía que cerrara sus ojos y se remontara a los tiempos en que era realmente libre. Si bien ella observaba atentamente y ponía la máxima atención con sus cinco sentidos, no debajaba de pensar en aquello que la inquietaba día y noche.
La capacidad de su asombro había desaparecido casi por completo, aunque tampoco podía dejar pasar por alto que su corazón aun, seguía inconscientemente dañado;si bien su risa y carisma opacaban su dolor externamente, en su interior aun caían de aquellas lágrimas que no se ven todos los días como en las teleseries del canal nacional.
Qué podía hacer más que tan solo dejar que las cosas pasen; y tratar de hacerle caso a los múltiples consejos que los más cercanos le daban: "darle tiempo al tiempo". Aunque aquello era casi, o si no, imposible según ella pues, ¿ darle tiempo a algo que no existe? ¿realmente se puede? ¿alguien lo había hecho? Patrañas según ella.
Y así estuvo más de un par de horas, todas las tardes cuando el sol se desvanecía en aquellas tierras en las que el ruido capitalino no existe, ni existirá jamás.

viernes, 6 de marzo de 2009

El placer de la duda


Permíteme tener el placer de la duda
permíteme también, permitirme una ilusión
nada más una para no salir dañada(nuevamente)
permíteme también pensar que no sucederá nada
qué tanto permitirme, yo ahora puedo hacer lo que quiera, con quien quiera además... aunque ese placer de la duda es lo que me mantiene viva, porque aprendí a conocer tú aura. Esa que por mucho tiempo me mantuvo en pie.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Imagino imaginar


Ya sé como será, o sea sé como quiero que sea. En realidad no quiero que sea como me lo imagino, porque imagínate!.... no mejor no te imagines ni me imagino nada. porque si tú te imaginaras lo que yo me imagino, las cosas jamás funcionarían como quiero que funcionen. Pero tú me dirías, imaginariamente, que las cosas no son como yo las imagino ni como quiero que funcionen. Y yo te diría, imaginariamente también, que no son imaginaciones mías, que las cosas son tan reales como lo que me hace imaginar... mi cabeza.