jueves, 30 de diciembre de 2010

Carta de ella

La memoria no es cien por ciento confiable, dicen los expertos, siempre existen detalles que se nos van borrando, o simplemente vamos cambiando con el paso del tiempo. Pero ella me escribe que por más que el tiempo, los meses y los años pasen, los detalles no se escaparán como pajaritos a quienes se les abre una jaula.
Han pasado como 360 días, un poco más quizás, entre ellos lluvias, inundaciones, calor infernal, incendios, risas y lágrimas en que el episodio ese que ella escribe está intacto, intacto, intacto.
Dice ella que todo comenzaba con una sonrisa, fluía con abrazos sinceros y concluía con una sonrisa y un 'te quiero' nostálgico con la duda de cuándo se volverían a ver.
Con esos pequeñísimos, pero valiosos, detalles ¿quién no los recordaría perpétuamente? , creo que más de alguien lo ha sentido. Y así sigue contándome sus historias, en las que ella era la protagonista esencial, en las que las sonrisas eran un plus para señalar la nostalgia de aquellas épocas hoy.
Mi amiga despide su carta diciendo cuanto es que extraña esos gestos, pero que no se arrepiente de nada, pues aunque ya no están, ella al menos hizo todo lo posible para recobrarlos, y fue el destino el que no quizo entregárselos nuevamente.

martes, 28 de diciembre de 2010


"Aprende a obsequiar tu ausencia, a quien no aprecia tu presencia"

*Sepa Moya quien lo dijo, pero bastante cierta que es la cosa.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Ella abrió uno de sus estuches, uno de esos en que tiene su goma de borrar situaciones de la vida.
Abrió el estuche, sacó su goma de borrar situaciones.
Abrió el estuche, sacó su goma.
Abrió el estuche.
Borró todo.

Ella hoy, es feliz.