lunes, 12 de enero de 2015

Trenes

Hoy viajo nuevamente, subo a un tren con paredes y pasajeros sudorosos y con ansias de llegar a destino.
Observo cada pliegue de las pieles ajenas intentando encontrar en ellas alguna sonrisa familiar.  La encuentro, pero ya me bajé en la estación a la que iba.
Miro hacia la ventanilla, pero esa sonrisa familiar ni se daba cuenta que yo miraba.
Seguí mi camino, aún lo sigo, buscando la sonrisa y que que la misma me busque a mi en sintonía con el tren para bajarnos en la misma estación.

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