jueves, 23 de septiembre de 2010


Remolacha inconsciente, verdura asesina con ojos fritos de tanto hervir. Mira tus pupilas putrefactas de tanta maldad asechándote, de llamadas telefónicas con un olor inaguantable. Mírate, sedúcete con esa putrefacción que no hace más que desconcertar mi tranquilidad alba y soberana.
Comparta con quienes expelen de su mismo aroma, de aquella esencia que al mundo muestran floral, pero que no es más que un podrido espíritu de supervivencia, que no hace más que vivir en base a sus instintos carnales, repletos de sexualidades inconclusas y enfermedades contagiosas, con halitosicos besos con aromas a pantanosos. Así eres tú, remolacha inconsciente.

No hay comentarios: