viernes, 23 de julio de 2010

Aire, viento, como sea: siente.

En un clima de susurros,
pregúntale al mar lo que quiero que te diga,
dile que soy yo la del recado y nadie más que yo.
Si no dialogas con él, pregúntale al viento, su amigo. Él, siempre está en todas partes, es como el dios de la naturaleza-algunos lo odian-.
Si por azares de la vida, no lo encontrases, espera a la noche que las estrellas son muy curiosas y siempre son testigos de lo que converso con el viento.
Si la mala suerte es mucha: ¡las nubes son la solución! por querer figurar más que las estrellitas-curiosas, se posan delante de ellas y tienen las palabras en la punta de sus lengüitas de aire-ves: el aire, siempre está y sabe todo, es omniciente-.
¡Anda! no hay excusas, el viento está a mi favor y sabe bien lo que tiene que hacer y decir[te].

*Ten presente el clima de susurros.

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