Hoy aprendí que la felicidad es dual; por una parte es personal y por la otra es compartida, en este caso, con la persona quien está a tu lado.
Convertirse en valiente y vencer el miedo a la oscuridad, no es cosa de uno, sino que para guiar al otro.
Dejar de lado los miedos para caminar a paso firme, es en base a mis necesidades y las tuyas.
Regalo mis temores al pasado, mis virtudes y mis sentimientos al presente y dejo atrás lo malo, para comenzar mañana con una vida nueva y llena de felicidades compartidas; llena de sonrisas sinceras, de alborotos y de cosquillas para espantar lo malo y lo que nos hace sufrir.
A mi amado y sonriente hombre.