martes, 29 de septiembre de 2009

Nada de nada, así como qué de qué.


Busco, y trato de encontrar la sonrisa de quien no he visto jamás reír, observo lo que casi nadie ve en los demás, persivo lo que casi nadie hace, energías y pre-sentimientos que pocas veces se pueden descifrar. Nadie, o casi nadie entiende el por qué estar tirada en una cama mirando al techo, pude significar algo más que solo mirar, pocos entienden a quien ríe sólo en la calle, nadie entiende que cantar bajo la lluvia es tan normal como poder decir que el queso tiene rostro. Nadie entiende que el bosque tiene aromas frutales sin que ahí haya algún árbol frutal, nadie entiende que el placer que provocan los detalles ínfimos, es tan enorme como el brillo de los ojos del ser que está en frente.
Nadie entiende nada, sin embargo, yo sí lo hago. Y creo que hay alguien más que lo hace en los recónditos lugares del sub-mundo capitalino.

No hay comentarios: